"En la polis, la ciudad estado de la antigua Grecia, los espacios se distinguían entre el ámbito privado (oikos) y el ámbito público (ecclesía). Oiko hacía referencia a la casa, al hogar de la familia. Ecclesía era el espacio público, donde personas se encontraban al azar. Además de la ecclesía y el oikos, los griegos distinguían una tercera categoría de lugares: el ágora. El ágora, como reseña Zygmunt Bauman era espacio privado y público a la vez. Este era un espacio abierto a todos los habitantes, ubicado en el centro de la polis, donde los habitantes se reunían para comerciar o debatir. El ágora según Jürgen Habermas, era un espacio de discurso, escenario para el desarrollo de la sociedad civil y una cultura urbana democrática.

 

En “Yo voy a ser _ _ _ _” Adriana Ramírez invita a los ciudadanos y ciudadanas bogotanas a interactuar con los demás y con ello, convierte el atrio del Museo Nacional, en un ágora. Allí, ciudadanos serán actores principales, eligiendo propuestas..."